Si probares el salobre albur que he aprendido
Después de haber sido confuso símbolo de tu Río.
Si vieras que en esta cabeza, los anillos del amor
Se han sumado al anverso, aquel tras la memoria.
Que ya no tengo estrellas —marchósen a mi sepulcro, todas—.
Que ya no tengo sueños, ni asteriscos para los sueños….
Que ya no asestaré el otro golpe, el que esperas…
Si probares mi mortalidad, aquí afuera, en el puño del mundo,
Dirías que tu épica victoria, es sólo un punto,
Una fórmula, rala y difunta que colgó noviembre en tus sílabas.
Dirías entonces, lo vano de tu Pira, lo vano de tu Montaña.
Te sentirás huérfano entonces, vocales arriba, subiendo hacia el alba
Donde suelen morar las únicas cosas tristes creadas por tu último sueño.
martes, 20 de febrero de 2007
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